Cómo primer objetivo de este año tenía marcada la siempre exigente Huelva Extrema. Este año salíamos desde Aracena para "bajar" hasta Huelva, haciendo la ruta inversa a la del año pasado.
Se me hace larga, muy larga la llegada a ese avituallamiento, el cambio de recorrido por la gran cantidad de agua que había, hizo que llegar hasta Valverde fuera horrible y llena de toboganes rompe piernas. Al fin llego hasta mi familia, casi no me puedo bajar de la bici, busco desesperado una Cocacola para ver si me espabila.
No tenía claro si seguir o no, no me encontraba bien, no quería pedalear más. Mi familia y amigos me invitaban a continuar, ya eso era terreno conocido y en cualquier momento podía buscar la alternativa hasta casa. Me monto como puedo y durante un km pedaleo sin mucha confianza en mí, pero de repente el bocadillo de lomo que Nati me tenía preparado, me hizo de espinacas a Popeye. Mi cuerpo se repuso y reinicio, sabía que salvo caída o avería ya llegaba. Las 3 Epics, el Camino del Loco, pista de Villarrasa y Beas. La lluvia apareció justo antes de cruzar el último corte antes de llegar a Huelva. Solo me queda pasar por mi pueblo y tirar para Huelva.Tras un recorrido por las afueras de Beas bajo la lluvia, tiramos para Trigueros "mi casa", entrando al pueblo reconozco a mi hermana con su niño animando, ¡¡subidón!!, mis compadres, mis compañeros de club y gente conocida arengando y dándome alas para los últimos 16km infernales que me esperaban, una pista recta con subidas y bajadas con un viento frontal brutal para terminar subiendo la cuesta del Cementerio. Las patas funcionan y llegamos con ganas. Por fin la Cinta ya está allí, tras 171kms, +3.200m, y 10:07:56 de ruta. Me fundo en un abrazo con mi familia, el barro es lo de menos ellos han sufrido como yo y sin su ayuda no hubiera llegado.
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