martes, 20 de septiembre de 2022

Diario de un TriCatleta: VIII Triatlón de Isla Canela "volvemos"

Tras unos meses de parón obligado (el cuerpo y la mente me lo pedía) poco a poco volvemos a la carga para afrontar la segunda parte de la temporada en el calendario del multideporte onubense.

Había ganas de triatlón, y tenía claro que tenía que ser un sprint, no más. Isla Canela y Ayamonte nunca defraudan, se trata de un triatlón sprint que se adapta bien a mis características y necesidades. 

Salimos del puerto deportivo con una natación de 750m con casi 500 con corriente a favor, nadando entre barcos, veleros y medusas. Una natación rápida, con un inicio muy accidentado, patadas, agarrones y guantazos por todos lados, como las rebajas del El Corte Inglés de los 90, lo solvento, paso por debajo del puente donde escucho los ánimos de mi gente, mis peques están allí.  Llego al pantalán de salida, había que agarrarse a una red y trepar como un león marino (arrastrando la barriga) como buenamente se podía para alcanzar la bici. 


El sector en bici era una carretera poco técnica, pero con 5km en subida sin cesar con el viento a favor y sus correspondientes 5km en bajada con muy mal asfalto y viento en contra. Salgo en un grupo de 4-5 compañeros, pero no era mi ritmo, necesitaba más así que decido tirar y tirar sin pensar en las consecuencias, la subida era mía y durante la bajada alternábamos, no me importaba, así íbamos cazando grupitos hasta hacer un pelotón ciertamente numeroso. Segunda vuelta respiro un poco a rueda y vuelta a empezar, a tirar. Tenso al grupo hasta quedarme con 3-4 compañeros de viaje, me paré a pensar "no sé cómo arrancaré la carrera a pie, pero voy a darlo todo aquí" ya me preocuparé luego, vamos a solventar esto ahora.  

De nuevo justo antes de entrar en la transición está el batallón de animación desgañitándose, así llegamos a la zona de cambio sin percances, muy rápidos a 35km/h de media durante los 20km que ha durado, un suspiro. Consigo hacer una transición rápida, salgo el primero del grupo, comienza el último sector. 


La carrera me preocupaba, en los entrenamientos (nada rigurosos) no he tenido muy buenas sensaciones, no iba todo lo bien que me gustaría pero siendo sincero tampoco me he matado entrenando desde mayo ha sido un verano de categoría y sencillamente no me apetecía sufrir en demasía tras la operación “jartible hasta morir”. Sorprendentemente me encontré bien corriendo, manteniendo un ritmo que para mí es un muy buen ritmo (y sin tropezarme conmigo mismo en demasía) llegando incluso a adelantar a competidores en el tramo final del sector, ganando así unos puestos que sólo sirven para alimentar el orgullo competitivo. 


Último km aprieto el culo todo lo que puedo, entro en la alfombra y escucho a mis niños y a mis amigos,  entro en meta flotando sobre la tarima del puerto de Ayamonte, se acabó el sufrimiento. Asfixiado, exhausto recibo el más reconfortados de los abrazos, Julia, mi peque, se había escapado del grupo y vino a abrazarme, el mayor premio que podía recibir. 


Otro a la hucha, ya sólo queda un Tri en mi calendario antes de empezar con los Duatlones Cros que son otra historia, ahí toca sufrir y disfrutar con la BTT. Seguimos aprendiendo en esto del multideporte, disfrutando de los amigos y compañeros de viaje que tanto me están dando y que tanto me están enseñando. 

Ahora cambiamos de bando, comienza el trabajo de oficina, nuestro equipo empieza a preparar con todo el mimo y el mayor esmero posible el Duatlón Cros Dolmen de Soto que organizamos en Trigueros. Mientras llega.....nada, pedalea, corre y sobre todo disfruta de lo que te gusta!!

No hay comentarios: