jueves, 9 de mayo de 2024

Diario de un TriCatleta.Triatlón por relevos de Alcalá del Río. Coge aire, aprieta y no respires.

En esta ocasión nos desplazamos a la localidad sevillana de Alcalá del Río, para probar una nueva modalidad de Triatlón en Andalucía. Se trataba de una prueba por relevos en el que cada componente del equipo tenía que completar un triatlón supersprint completo. (🏊‍♀️ 350m + 🚴 7.500m + 🏃‍♂️2.000m).

Aprovechando que el MinitriCatleta se estrenaba en esto del Triatlón (él ha escrito su propia crónica para su diario) engañé o convencí a los dos Rafaeles (García y Álvarez) para echar el finde en Alcalá y que me acompañaran.  

Un domingo completamente dedicado al triatlón. Teníamos ubicado el puesto base en una zona aledaña al parque municipal (una delicia por cierto) donde se centralizaba todo el Triatlón. Desde las 7:30 el personal de la organización nos tocó diana con el montaje de vallas, conos y demás. A partir de las 9:00 empezaron los menores, y ya nos pusimos en marcha, todo el equipo disfrutamos del espectáculo de los pequeños. 

A las 13:45 empezó nuestra actuación, Rafa Álvarez era nuestra primera posta, durante unos 35' lo estuvimos esperando, los nervios se acrecentaban, su llegada extenuada dio paso a Rafa García que salía en la segunda posición de equipo, eso me dejaba solo a la espera de que llegase, una espera que se hace larguísima, intentando visualizar al compi que llega. Tras un sprint por un puesto me dio el relevo, como decía Bebe, "ya era hora, ahora me toca a mí".


Salto al embalse y comienzo a nadar, no sin antes tirarme como una rana para evitar que las gafas se me fueran hacia atrás. Arranco con bien ritmo, después del sprint de Rafa no tenía intención de ceder el puesto que él había ganado a pie. Llego a la primera boya y en el giro veo cerca a mi perseguidor, aprieto un poco más si cabe, deslizo como nunca antes, segunda boya, no lo veo, a salir cuanto antes. Salgo del pantalán  con muy buenas sensaciones, ahora por delante una T1 de casi 300m.

 Bici localizada, casco, zapatos y a rodar. La bici, dos vueltas a un circuito llano una recta infinita con el viento en contra a la ida y a favor a la vuelta. En la bici me encuentro fuerte, pedaleo sin conocimiento (no es muy difícil)  exprimiendo cada zapatazo, alejo cualquier posibilidad de que me pillen por detrás y me centro en cazar a la bici que tenía delante, que aunque no competía en nuestra  categoría siempre es un objetivo. Dos vueltas completadas ahora T2 y a correr. 

Transición rápida, esta vez no había que cambiarse los zapatos, por delante 2km a tope con subida al pueblo (habría que verme subiendo)  y bajada hasta el parque, miro el reloj, lo voy dando todo, los ritmos me asombran no sé si aguantaré o moriré en la orilla. Últimos 250m, me ilusiona enormemente correr por donde un rato antes lo había hecho Óscar, por una acerado vallado a ambos lados y farolas en uno de ellos, y claro pasó lo que tenía que pasar: le endiñé con el codo a una de ellas. Mi depurada técnica de carrera no entiende de esquivar farolas (que me esquiven ellas que son más flexibles que yo). Entro en el parque y aprieto,  últimos metros, el "speaker" nos anima (lo invitamos a una Estrella Galicia fresquita luego) y mis compis me esperan en meta, esto se acabó, muerto en vida, pero se acabó.


Una experiencia nueva, una distancia complicada de gestionar con el pulso elevadísimo durante mucho tiempo, pero tan gratificante como cualquiera. Con la máxima de haberlo entre amigos y familia. 

Sigo avanzado de cara a lo que me espera en Julio, la semana que viene volvemos al triatlón cros, nos vamos a Chipiona a hartarnos de arena y "pescaíto". Hasta entonces toca.... nadar, pedalear y correr.

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