jueves, 22 de noviembre de 2018

Y a la séptima, el Sporting de la Caleta descansó (y perdió)….. “Y cuidado, que yo hago muchas…”

“Y cuidado, que yo hago muchas”…. “Y cuidado, que yo hago muchas”…. “Y cuidado, que yo hago muchas”…. “Y cuidado, que yo hago muchas”…. “Y cuidado, que yo hago muchas”…. “Y cuidado, que yo hago muchas”…

No puedo empezar a escribir sin sacar de mi mente dicha frase… “Y cuidado, que yo hago muchas”…

Me tildaréis de loco, obsceno, quizás bizarro, pero os aseguro que todo tiene una explicación …. Una gran explicación… Una inexplicable explicación.

Pondré la mente en blanco, haré un esfuerzo por intentar que dicha frase no nuble mis pensamientos y procederé, o lo intentaré, a redactar la crónica para la cual fui encomendado.

Muy buenas y lluviosas tardes. ¿Cómo están ustedes? (como diría al magnífico Miliki). Espero que bien en esta época de resfriados y virulencia varia. Sabéis, porque sois inteligentes, quién soy. Aun así, para los que tienen coeficiente intelectual cortito les diré que sí, que soy Michael K. Robinson.

……………… Pido disculpas a mis lectores……….. Necesito hacer una pausa…… la dichosa frase “Y cuidado, que yo hago muchas”….martillea mis sentidos…. Ahora vuelvo….

...

Ya estoy de vuelta, espero, recuperado. Comencemos. Siéntense en sus sillones preferidos. Abran una fría lata de cerveza, manden a sus mujeres a hacer la cena, dejen que sus hijos se peguen entre sí… y disfruten.

Como bien dice el título de dicha crónica, tendría lugar el séptimo encuentro disputado por el Sporting de la Caleta, el cual se enfrentaba a Viejas Glorias. Choque auténtico de titanes. Los caleteros, con una dinámica positiva de resultados, se verían las caras contra su conocido rival, quien contaba todos sus encuentros por victorias. No podía ser de otra forma, alguna racha se vería truncada. Aun así, la importancia de ello sería insignificante, puesto que ambos equipos tiene prácticamente sellado el pase a la división de honor una vez termine esta fase previa.

Pues bien…. ¡No puede ser!….. Viene la maldita frase de nuevo a mi cerebro… no no no!!!... Espere…. Ha sido un aviso. Falsa alarma. Puedo continuar.

Como decía, los convocados para tal encuentro fueron: RamonCin OT, Kikonçao, Kexu Buffet, PepansiaPataitas, Luisito PadThai Muriel, Karlos Jesulín y Dieguito Guarente.

El encuentro no auguraba nada bueno. En el calentamiento, Kexu Buffet destrozaba literalmente su calzado deportivo al ejecutar un tiro cruzado mientras calentaba la voz de RamonCin OT. Rápidamente, dicho acontecimiento fue resuelto con la típica cinta americana utilizada por Rambo en sus películas de acción. El abuelo estuvo previsor y ágil al contar con tal material de elevada sofisticación.

Entrados en faena, tras el pitido inicial, el encuentro era difícil de interpretar. Ambos equipos alternaban en la posición del juego, si bien los caleteros con posesiones cortas y directas y Viejas Glorias con algo más de elaboración pero sin tanta llegada. Como era habitual en los encuentros anteriores, en dos errores defensivos de los caleteros, Viejas Glorias ponían tierra de por medio con dos goles, ventaja con la cual terminaría la primera parte.

En los últimos 25 minutos, correspondientes a la segunda mitad, los caleteros intentaros atosigar aumentando la presión. Fruto de ello fue el espectacular gol de Luisito PadThai Muriel, quién aprovechó a la perfección el bloqueo involuntario de PepansiaPataitas, quien casualmente pasaba por allí, para, tras hacer un uno-dos, pasarse el esférico de pierna a la velocidad trilera, y ejecutar un seco disparo cruzado con la pierna izquierda ante el cual nada pudo hacer el portero rival. 2-1 y ahí terminó el encuentro. Lo intentó el Sporting de la Caleta, pero esta vez el devenir del encuentro no fue el correspondiente al esfuerzo realizado. Imparcialmente hablando, el empate hubiera sido el resultado justo, pero esto es fútbol, a veces es justo y a veces no.

Tras la derrota, los caleteros acudieron a Luis el Viejo para ahogar las penas y comentar los fallos del encuentro y, en ese mismo escenario, paso lo mejor de la noche. Luis el Viejo, animoso como nunca, se metía en las conversaciones caleteras, ya fueran estas sobre política, sexo, drogas o rock and roll. Evidentemente, salió como tema de conversación el futbolístico y Luis el Viejo recordó su etapa de cracks cuando era el amo y señor del carril derecho de todos los campos de Sevilla, al ocupar la posición de lateral derecho adelantado. No se sabe cómo, en un momento de la conversación, PepansiaPataitas intercambió opiniones con Luis el Viejo sobre quién era mejor. Luis el Viejo, más experto en tales batallas, retó a PepansiaPataitas a ver quién hacía más pataditas, cuasideporte que en nuestra infancia hacía que el que más consiguiera tuviera la voz cantante en la pandilla y fuera el tema de conversación de las zagalillas. En ese momento, todo quedó en silencio. El aire dejó de silbar. Las estrellas brillaban expectante ante tal situación, incluso había alguna que otra estrella fugaz que parecía que añadía leña al fuego, ante la agresividad de dicho reto. Por duelos así, en mi barrio de Londres, cuando era joven, llegaron a haber víctimas mortales.

Volviendo al reto, PepansiaPataitas, lejos de arrugarse, cogió el balón, lo examinó, lo limpió, totalmente convencido de que iba a salir victorioso de tal batalla y, en ese momento, pronunció la frase con la que encabezaba la crónica y la que me maltrata psicológicamente. De sus dulces labios, carnosos como el melocotón, se pudo escuchar, lo pongo en negrita por la belleza con la que conjugó y entonó tal frase: “y cuidado, que yo hago muchas”. Repito “y cuidado, que yo hago muchas” 

PepansiaPataitas cogió el balón, procedió a iniciar el baile de piernas y echó el balón al aire…. “y cuidado, que yo hago muchas”. Hizo 3 en un primer intento. Todos los espectadores, miraban alrededor buscando alguna cámara oculta puesto que pensaba que aquello era una broma de PepansiaPataitas. “Y cuidado, que yo hago muchas”, no podían ser 3 pataditas, jamás de los jamases. PepansiaPataitas, culpó al estado del terreno, inestable según su parecer. Pidió una segunda oportunidad para relamirse de su primer intento. Sudaba, sabía que se había metido en un jardín de flores, de cardos borriqueros para ser exactos. “Y cuidado, que yo hago muchas”, en la segunda oportunidad, hizo 7. Sí 7. Ni 6 ni 8. 7. Totalmente desesperado, se despojó del ropaje para estar cómodo. En esa ocasión, parece ser, que el chaquetón le limitaba la movilidad. De acuerdo, tercer intento y último, “Y cuidado, que yo hago muchas”. Señores, 5. Y además, tuvo premio, no el que imagináis, sino tirón de gemelo que le obligó a tomar asiento ante signos de dolor. “Y cuidado, que yo hago muchas”…. Y cuidado, que yo hago muchas”…. Y cuidado, que yo hago muchas”…. 

Tales intentos fueron grabados, en concreto el segundo y tercero, ya que las cámaras no estaban pendientes al momento del reto PepansiaPataitas-Luis el Viejo.






Después de tan bello espectáculo, no me queda otra que despedirme de todos vosotros, puesto que mis palabra sobran. Mis fieles lectores, con cariño, MKR.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas noches.
Suscribo lo escrito.
Yo lo vi todo desde la ventana de la cocina de mi casa.
Como ese chaval retó a Luis y Luis hizo mas toques que el chaval.

Fdo: Vecino del quinto